Archive for March, 2010

A prueba de bomba

March 10, 2010

Refugio antiaéreo del Poble Sec

Durante la guerra civil española (1936-1939), Cataluña fue una importante zona de retaguardia, que enviaba hombres al frente, producía armas y municiones, y acogía a los refugiados de las zonas conquistadas por los sublevados contra la República. Franco tuvo pronto entre sus prioridades doblegar este potencial mediante raids aéreos. Aviones italianos cedidos a Franco por Mussolini bombardearon sistemáticamente Cataluña desde sus bases en la isla de Mallorca, que se hallaba bajo control de los rebeldes desde los primeros días del conflicto.

Los bombardeos más importantes se desarrollaron en 1938. Sólo los días 16, 17 y 18 de marzo hubo trece incursiones sobre Barcelona, con un saldo de casi mil muertos. Ante este panorama, la ciudadanía catalana reaccionó con decisión. Durante la guerra se construyeron centenares de refugios subterráneos, con la colaboración incluso de ancianos, mujeres y niños. Solían ser túneles profundos en zigzag (para amortiguar la honda expansiva en caso de impacto). Los muros y techos eran de obra, y tenían bancos adosados a las paredes, sanitarios y enfermería.

Poco tiempo después, en los peores momentos de la batalla de Inglaterra (verano de 1940), Winston Churchill exhortaría a los ciudadanos de Londres a aguantar los ataques aéreos nazis con la misma entereza que había mostrado “el valiente pueblo de Barcelona” ante la lluvia de bombas fascistas.

En Barcelona llegó a haber más de 1.400 refugios, varios de los cuales están abiertos al público en Sant Andreu (La Lira, c/ Coroleu, 15), el Poble Sec (c/ Nou de la Rambla, 169), Gracia (plaça del Diamant), etc.

La calle de los besos

March 7, 2010

Quien haya paseado por la calle Comerç, cerca del Arco de Triunfo, habrá advertido el curioso nombre de una callecita que desemboca en él: Petons (Besos). Al observar sus sombríos recovecos, algunos románticos creen ver en ellos rincones de encuentros furtivos de enamorados.

No obstante, hay otra explicación más prosaica sobre el origen del nombre. Cerca de aquí se alzó durante un siglo y medio la Ciudadela, la fortaleza mandada construir por Felipe V para tener a raya a los habitantes de Barcelona, que tantos quebraderos de cabeza le habían dado al tomar partido por su enemigo, el archiduque Carlos, durante la guerra de Sucesión (1705-1714). Pues bien, ante la Ciudadela había una explanada donde se alzaban las horcas para ejecutar las sentencias de muerte. Y es aquí donde intervienen los besos, pues la tradición popular dice que en la calle Petons se permitía que los infortunados reos viesen a sus familiares por última vez.

Pero como al parecer esta calle ya se llamaba así antes de la construcción de la Ciudadela, cuando llegaba hasta el Portal Nou de la antigua muralla, tal vez haya que descartar también la imagen de las tristes escenas de despedida. ¿Besos de amantes? ¿Besos de condenados? ¿Quién sabe?